La iniciativa para el Centro surge de la fundación Alzheimur ante la necesidad de un centro para el tratamiento integral del Alzheimer, poniendo especial énfasis en la investigación como único medio de retrasar y paliar las consecuencias de la enfermedad.
Siendo conscientes de algunas de las características de la enfermedad de Alzheimer y de la montaña, uno de los elementos iniciales fue responder a la motivación de las familias y pacientes para andar y vivir el ambiente. Hay estudios que indican que andar es una acción que mejora la memoria, la concentración, la habilidad de estudiar y aprender, y aumenta el razonamiento cognitivo de saber y percibir. La tipología del centro dispone de pabellones de tal manera que fomentan ejercicios y combinan diferentes situaciones.
Los pabellones aparecen suavemente a lo largo de los caminos: administración, centros de día, de investigación, unidad de demencias, teatro y cafetería, generando patios interiores con arbolado. El conjunto forma un tejido de conexiones convirtiéndose en la propia montaña y llegando a formar parte de su memoria.
El centro Alzheimur, además de un lugar de investigación y diagnóstico de la enfermedad, es un espacio donde la arquitectura provoca encuentros entre familias y los expertos para intercambiar y compartir dudas, ideas, conocimiento. La acumulación de experiencias fomenta compromiso y solidaridad en la recolección de memorias. Entendido así, el Centro Alzheimur se levanta como una arquitectura terapéutica.