Diseñamos y construimos una escenografía de apoyo a los estudiantes del teatro Arsenale que representaron una tragedia en el patio del politécnico de Milán.
Nuestro concepto de partida fue el mito de la caverna de Platón: “las cosas que vemos a nuestro alrededor no son sino una ligera resemblanza con las formas más reales y fundamentales que representa el mundo inteligible. Es como si viéramos una sombra de las cosas, sin ver las cosas mismas; estas sombras son una representación de la realidad, pero no la realidad misma.”La forma de estructurar el proyecto nos vino dada por las matrioskas y la emoción de descubrir aquello que no ves. La materialización se concreta en un juego de tres cajas contenidas la una dentro de la otra, iluminadas interiormente y con materiales de diferentes transparencias que dejaban intuir mediante sombras en movimiento lo que estaba sucediendo dentro.
La caja de sombras más externa en un momento dado de la escena, se eleva dejando ver la caja intermedia, con materiales sonoros ante el movimiento de sus ocupantes; en el acto siguiente los ocupantes rompen parte de la caja dejando ver parte de su cuerpo esta vez sin veladuras; por uno de los huecos abiertos sale rodando una última caja bajo la que, tras unos minutos de inmovilidad y despiste del público, aparece ,en el último instante, el actor que contenía.