Los complicados procesos arqueológicos mantienen aislados numerosos espacios públicos potenciales privando a los vecinos de su disfrute. Es aquí donde surge la oportunidad para el proyecto: plantear un sistema registrable de ocupación que permita la utilización del espacio a la vez que se realizan las excavaciones. Con la realización de actividades culturales y comerciales tales como proyecciones, exhibiciones, conciertos, teatros, ferias... la excavación se podría ir financiando mientras se realiza y el espacio resultaría mucho más dinámico motivando la interacción entre distintos tipos de usuarios.
Intentando mantener el aspecto natural que ha caracterizado en la historia al lugar, se han utilizado fibras vegetales tales como el mimbre y la madera por su condición de poderse curvar y tejer cuando están húmedos para generar formas orgánicas, cambiantes de aspecto con el paso del tiempo. Los procesos constructivos serán manuales para evitar la entrada de maquinaria y serán desmontables y reconfigurables para adecuarse a la visita de los restos arqueológicos que se vayan descubriendo.
Desde el neolítico hasta la época actual se han ido superponiendo civilizaciones reutilizando y o destruyendo la capa inferior. Mi proyecto lo entiendo como una capa más pero que se eleva protegiendo y respetando los restos que hay debajo, permitiendo el uso libre del espacio superior y permitiendo un fácil acceso a los arqueólogos al estrato inferior.
