El diseño del refugio se ha adaptado a partir del estudio de las tipologías propias del entorno; tomando como ejemplo las edificaciones de cubierta inclinada; buscando el mayor asoleamiento posible, orientando su fachada principal al sur y abriendo sus huecos hacia allí.
Se toma además la decisión de elevar el edificio de forma que el acceso elevado permita acceder al interior a pesar de la nieve.
La modulación de las piezas facilita las tareas que puedan ser más engorrosas debido a la altitud y a la dificultad de acceso. Existen dos tipos de módulos, uno ciego y otro con hueco, con un peso y unas dimensiones lo suficientemente livianos como para que puedan ser aerotransportados con facilidad y colocados directamente sobre la pieza base: una serie de pórticos anclados al suelo mediante pernos sobre los cuales se anclan de forma lineal los módulos. Se ha tenido en cuenta el volumen que pueden llegar a ocupar instalaciones como el váter químico, el depósito de agua o la calefacción; de ahí que se disponga de un compartimiento bajo el pavimento que permita albergarlo sin distorsionar el espacio habitable.
Para el acabado, buscábamos las referencias del lugar, el respeto al entorno. De ahí que decidiéramos revestir la pieza con una fachada-cubierta de pizarra que además de cumplir con los propósitos anteriores, protegía la estructura interior del contacto directo con los elementos, mejora la impermeabilización y debido a su color oscuro absorbe mejor el calor.